domingo, 25 de abril de 2021

RECORDANDO A ANNETTE

El pasado 10 de enero nos dejó Annette Cabelli, superviviente de Auschwitz. Hoy, 25 de abril, Annette cumpliría 96 años. 

Para los alumnos y alumnas del CEIP Ventura Rodríguez, Annette era mucho más.  Tuvimos el privilegio de conocerla y de aprender, en sus palabras, en su sonrisa y en su mirada, un mensaje que nos acompañará siempre. Le prometimos recoger su testigo y mantener viva su memoria para que la Historia no se olvide, para que no se repita. 



Hoy le dedicamos esta poesía. Con nuestro cariño, con nuestro respeto y con nuestra admiración. 


Annette nos contó ese día
una historia cruel y dura.
Sentimos mucha amargura
pero también alegría,
en sus ojos se leía
amor, cariño y bondad
y nos contó su verdad
para que no la olvidemos
y que siempre recordemos
su lucha y su dignidad. 

En Salónica nació
y en un tren para ganado
herméticamente cerrado
en Auschwitz aterrizó.
A su madre despidió
en un fatídico instante.
Un adiós desconcertante
y nunca la volvió a ver.
No podía comprender 
lo que tenía delante.


Le tatuaron en el brazo
cuatro,cero, seis, tres, siete
luego le dijeron "vete,
es la hora del trabajo".
Sopa y de pan, un pedazo
fueron su única comida,
pero su amor por la vida
le ayudó a sobrevivir,
hambre y frío resistir
y no darse por vencida.

Ni las Marchas de la Muerte
minaron su fortaleza.
Su historia es una proeza
de valor y algo de suerte.
¡Cómo nos alegra verte
y escuchar, Annette, tu vida!
Tu mensaje no se olvida.
Siempre te recordaremos.
Ya sabes que te queremos,
Florentine, "adió, querida".


Gracias, Linda, por venir
con Annette desde tan lejos
y darnos tantos consejos
para crecer y vivir,
para aprender y sentir
que todos somos iguales
e identificar señales
de odio o discriminación
por sexo, por religión,
por lengua o clases sociales.

El Holocausto empezó
señalando al diferente.
Prejuicios en nuestra mente
por no pensar como yo.
No olvidéis que eso pasó
no hace mucho, no muy lejos.
Si Auschwitz es un espejo
que refleja nuestra Historia
guardemos en la memoria
su mensaje y su consejo.

Un terrible genocidio
tuvo lugar en Europa.
A los jóvenes nos toca
prevenir otro exterminio.
Y que extiendan su dominio
la Justicia y la Igualdad,
Paz, Solidaridad
y los Derechos Humanos.
Ahora está en n
uestras manos
la Memoria y la Verdad.

Si alguien sufre atormentado
y lo observas una vez
actúa con rapidez,
nunca te quedes callado.
No mires hacia otro lado,
ayúdale sin pensar,
defiende sin esperar,
como hicieron a montones
los Justos de las Naciones.
¡Siempre debes actuar!



Se lo debemos, ¡luchad!
Annette siempre estará aquí,
paseando por Madrid
y en el Centro Sefarad.
¡Su mensaje recordad!







Su pasaporte español
fue como un rayo de sol,
invierno tras el que espera
el calor de primavera
y el canto del verderol









miércoles, 7 de abril de 2021

NOTICIA DE PRENSA

NOTICIA



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ENTRADILLA
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CUERPO: 

Alexéi Dudoladov se encarama a un abedul de 10 metros de altura para mantenerse al día con las clases. Desde que cerraron los centros educativos en la región siberiana de Omsk por la pandemia de coronavirus y pasaron al aprendizaje telemático señala que es la forma que ha encontrado el joven de 21 años, estudiante de ingeniería mecánica naval, de descargarse los contenidos y, cuando puede, seguir unos minutos de las lecciones por Zoom. 
En su aldea, Stankevichi, de 50 habitantes, la conexión a Internet es pésima, apenas va el 2G; y por rachas. “El mejor sitio, sin duda, es en la copa del abedul”, cuenta Dudoladov por teléfono. 

El joven empezó a cobrar fama este verano con su canal de TikTok ‘Omskiy Kolkhoznikon (Granjero de Omsk), en el que entonces compartía con sus casi 150.000 seguidores vídeos de la vida en la granja de sus padres y charlas desde la cima del árbol. Así, buscando un sitio donde poder subir el contenido a TikTok y a Instagram, encontró su árbol, de unos 10 metros de altura. Cuando acabó el verano se fue a Omsk (a 200 kilómetros), donde estudia en el Instituto de Transporte Acuático. Hasta que hace unas semanas cerraron las aulas siberianas y de algunas otras regiones por el incremento de los casos de Covid 19 y regresó a la aldea.

“En mi pueblo no hay cable y mucho menos fibra; solo se puede usar el Internet móvil, y solo 2G. Pero la cobertura es malísima. No se pueden descargar vídeos y la señal no da para seguir una clase por Zoom”, cuenta Dudoladov. De fondo se escuchan los gruñidos y mugidos de los cerdos y vacas de la granja. “Traté de explicar en la Facultad que para bajar el material o conseguir unos cuantos minutos de clase tengo que subirme a un árbol, pero no me creyeron; debieron pensar que me las quería saltar”, remarca. Tiene tres hermanos, los profesores del mayor, que estudia ingeniería agrónoma, han sido más comprensivos y solo debe enviar trabajos por correo electrónico; las clases del mediano no se han suspendido y el más pequeño aún no va a la escuela.

Dudoladov no se conformó y contactó a las autoridades locales y regionales. Al principio le dijeron que se fuese al arcén de la autovía, que allí la conexión era mejor. Después, que se comprase un amplificador de la señal para ponerlo en el tejado de su casa. “Un aparato así cuesta unos 8.000 rublos (unos 88 euros al cambio). No tenemos ese dinero disponible”, dice. El salario mínimo oficial de Rusia es de unos 12.000 rublos (132 euros) al mes.

Cansado de perderse clases y trepar al abedul cada vez que puede, y más con temperaturas de unos 10 grados bajo cero en las que, además, la batería de su móvil se evapora rápidamente, el estudiante decidió hacer un llamamiento a las autoridades a través de Internet. Tras hacerse viral su vídeo, que ya tiene unos 2,5 millones de visionados en TikTok y 60.000 en Instagram, el chico del abedul ha logrado arrancar al gobernador de Omsk, Alexander Burkov, la promesa de que resolverá el problema. Cuándo y cómo todavía es una incógnita.

Pero la llamativa historia de Dudoladov y la pandemia de coronavirus, como en otros países, también ha puesto sobre la mesa el problema de muchos niños y jóvenes para seguir las clases online en Rusia. El acceso a la Red ha mejorado notablemente en los últimos años: el 78% de la población mayor de 12 años accede a Internet una vez al mes en las zonas urbanas. 
Sin embargo, la brecha digital  es todavía grande entre las grandes ciudades y las zonas rurales (donde el acceso es al menos 10 puntos menor, de media) y menos pobladas; también en las más pobres. La conexión de Moscú dista mucho de la de la aldea siberiana de Dudoladov, y de otras regiones más empobrecidas. Además, no todas las familias rusas tienen medios para comprar un ordenador o una tablet debido a los bajos sueldos.